El sector de las bebidas refrescantes alinea su estrategia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

  • A las puertas de 2020, año en que cumplen muchos de los compromisos sectoriales, la Asociación de Bebidas Refrescantes (ANFABRA) se marca nuevos retos con el fin de contribuir a alcanzar los ODS de la ONU para 2030.
  • Juan Ignacio de Elizalde, director general de Coca-Cola Iberia, es el nuevo presidente de ANFABRA, relevando en el cargo a Pelayo Bezanilla.

Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 de las Naciones Unidas implica la colaboración de las administraciones, la sociedad civil y las empresas. En ese sentido, el sector de las bebidas refrescantes tiene un importante papel a la hora de dar respuesta a estos desafíos, acorde al peso económico y social de las empresas a las que representa. Para ello, se está trabajando en una hoja de ruta para la década 2020-2030.

Esta contribución a los ODS de la ONU ha centrado la Asamblea General que ha celebrado en Madrid la Asociación de Bebidas Refrescantes, con la participación de Juan Ignacio de Elizalde, nuevo presidente; Josep Puxeu, director general; el presidente del Observatorio de Desarrollo Sostenible del Consejo Económico y Social Europeo (CESE), Peter Schmidt, y la Alta Comisionada para la Agenda 2030, Cristina Gallach.

El sector de bebidas refrescantes ha sido pionero en formular ambiciosos compromisos sectoriales y, a las puertas de 2020 en que se cumplen muchos de ellos, sabe que tiene un importante papel en la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En palabras de Juan I. de Elizalde, presidente de ANFABRA: “Somos conscientes del peso de nuestro sector en la economía y nuestros compromisos con la sociedad son firmes. Sabemos que las compañías debemos avanzar hacia un crecimiento sostenible, ético y comprometido con las personas y el entorno. Estamos tomando medidas y avanzando en objetivos voluntarios para contribuir a solucionar un problema que nos afecta a todos, el de los residuos. Es el momento de dar un paso más y acelerar hacia una economía circular a través de la recogida de envases, la reducción, la reutilización y la innovación”.

Por su parte, Josep Puxeu, director general de la asociación, ha anunciado que todo esto se concretará en el Informe “Las bebidas refrescantes y los ODS”, en el que se está empezando a trabajar y que recogerá los nuevos objetivos de cara a 2030, junto con ejemplos de buenas prácticas de las empresas.

La actividad de la industria de los refrescos está vinculada con muchos de los ODS, como los relacionados con la salud y el bienestar, la sostenibilidad económica, la lucha contra el cambio climático, la transformación del modelo energético, la producción y el consumo sostenible, la innovación, el freno del desperdicio alimentario o la contribución en el ámbito social, entre otros.

Comprometidos con el planeta

Actuar de forma responsable con el medio ambiente es una prioridad para la industria de los refrescos. La Asociación fue pionera, en el año 2013, en formular compromisos sectoriales de los que se hace un seguimiento con apoyo externo. Así, entre el 2010 y 2018, se ha reducido el 16% del ratio de consumo de agua y un 17% el de energía.

Además, el sector lleva años implementando medidas para que los envases de refrescos sean cada vez más sostenibles. Su peso se ha aligerado en un 21% (de 2000 a 2018) con el fin de usar menos cantidad de materias primas, generar menos residuos y facilitar el reciclado. Destacan los avances relacionados con los envases plástico PET, para los que empresas han establecido compromisos que van más allá de la legislación. Además, a través de UNESDA (la Federación europea de bebidas refrescantes), el sector tiene el objetivo de que para el 2025, las botellas de plástico contengan como mínimo una media del 25% de material reciclado. Para ello, se incrementará y optimizará la tasa de recogida de botellas de plástico PET para su reciclado en todos los mercados de la UE, en colaboración con otros agentes de recuperación de envases.

También destacan otros logros en materia ambiental como que el 89% de la energía eléctrica que consume el sector ya proviene de fuentes renovables y que el 100% de las empresas del sector incluyen criterios medioambientales en sus políticas de contratación con los proveedores.

Comprometidos con la educación nutricional y la salud

Promover la educación nutricional y un estilo de vida saludable también es prioritario. Para conseguirlo es fundamental la colaboración entre empresas y Administraciones. La Estrategia NAOS del Ministerio de Sanidad en el año 2020 marcó un primer hito. Este año se ha avanzado, aún más, con la ratificación del Plan de colaboración para la mejora de la composición de alimentos y bebidas y otras medidas. 2017-2020 promovido la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) del Ministerio de Sanidad en colaboración con la industria de alimentación, de restauración, distribución y vending. Con la firma de este acuerdo, ANFABRA se ratifica en su compromiso de seguir reduciendo azúcar (un 10% adicional 2017 y 2020) y no hacer publicidad a menores de 12 años, entre otras cosas.

Por su parte, los consumidores demandan, cada vez más, alimentos y bebidas con menos azúcar y menos calorías. En eso el sector de bebidas refrescantes ha sido un referente, a partir una firme apuesta por la inversión en innovación, lo que permite ampliar constantemente la variedad de estos productos. En el 2019, las bebidas refrescantes sin azúcar han crecido en torno al 4%, y ya suponen el 33% del total. Por otra parte, se ha reducido en un 35% el total de azúcar puesto en el mercado procedente de las bebidas refrescantes entre 2005 y 2018. Esto sitúa a España como un país que destaca en el contexto europeo, ya que supera ampliamente el objetivo del 22% que marcó UNESDA, la Federación que agrupa a esta industria en la UE, de 2000 a 2020.

Comprometidos con la Sostenibilidad Económica

El sector de las bebidas refrescantes tiene un gran arraigo en España, con más de 180 años de historia. La industria genera 9.500 empleos directos y 72.000 si se suman también los indirectos. El efecto de la producción y toda su cadena de valor, que incluye sectores como agricultura, hostelería, distribución, turismo, servicios, etc., representan una destacada aportación a la economía española de 3.800 millones de euros de Valor Añadido Bruto (VAB), con una apuesta inversora, que alcanzó los 350 millones el año pasado.